ERC busca sólo que Cataluña sea reconocida como nación

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Aparte del juicio histórico que pueda merecer la figura de Lluís Companys, los independentistas sólo buscan ver al Estado español reconociendo como ente distinto a la "nación catalana".

14 de octubre. Esquerra Republicana de Catalunya, promotora en el Congreso de los Diputados de la controvertida proposición no de ley sobre Lluís Companys, dejó muy claras durante su defensa, el pasado 28 de septiembre, sus intenciones. Las proclamó, en un grandilocuente discurso ante el Pleno, el diputado Joan Tardà i Coma, autocalificando de "histórica" su propia iniciativa parlamentaria. Y por una razón concreta: porque "todo un pueblo, toda una nación, la catalana, está esperando la reparación histórica que esta proposición no de ley propone".

Perdida de forma creciente, a medida que hablaba, la mesura, llegó a manifestar Tardà que "el fusilamiento del president Companys se ha convertido en el Guernica de los catalanes". Y expresó con nitidez absoluta la naturaleza del acto al que se ha prestado la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega: "El fusilamiento del president Companys", recalcó el diputado independentista, "continuará siendo símbolo de la derrota de Cataluña hasta que no se haya reparado su condena por un consejo de guerra; el fusilamiento del president Companys será el símbolo del dolor incurable de los catalanes hasta que un solemne acto de desagravio en el castillo de Montjuich, con la presencia de las instituciones representativas del Estado y del pueblo de Cataluña, no selle la reconciliación, sin vencedores ni vencidos, entre nuestros respectivos pueblos; el fusilamiento del president Companys será el símbolo de que el Estado español continua creyendo que tiene el derecho de conquista sobre Cataluña hasta que sus instituciones más representativas no pidan perdón por su muerte".

Durante la tramitación parlamentaria, el PSOE logró convencer a Esquerra de que esa petición de perdón implicaría una continuidad institucional que no podían asumir, de modo que la proposición aprobada se limitó a una simbólica anulación del Consejo de Guerra sumarísimo que en 1940 dictó pena de muerte contra el presidente de facto de la Generalitat.

Transformar la Guerra Civil en una guerra de España contra Cataluña

Las palabras de Tardà en el Congreso, cargadas de un violento guerracivilismo que le recriminó en la réplica el diputado del PP Jorge Fernández Díaz, muestran que la finalidad de ERC (compartida en su espíritu por CiU, IC-EV y PSC) no es reivindicar al bando perdedor en la Guerra Civil, sino reivindicar a Cataluña como bando perdedor ante una España como bando vencedor. Tanto en la tramitación en el Congreso de los Diputados de esta proposición no de ley, como en la convocatoria del acto de Montjuich de mañana, se intenta presentar a "los catalanes" como agraviados por el fusilamiento del presidente de la Generalitat, como si durante la contienda civil hubiesen actuado en bloque, y como si no hubiesen sido catalanes el general Domingo Batet, que sofocó el golpe de Estado de Companys de 1934, y el fiscal que solicitó la pena de muerte contra él por un delito de rebelión militar en 1940. Y como si Lluís Companys hubiese actuado durante la guerra civil como presidente de todos los catalanes, y no persiguiendo a los catalanes del bando contrario al suyo, según el signo de la época.

La gran batalla que se libra en torno a la figura de Lluís Companys no es pues histórica, sino política, aunque utilice como arma la historia. Se trata de afirmar una hipotética identidad catalana agraviada por un fusilamiento, allí donde en todo caso hay un agravio y un enfrentamiento entre catalanes similar al que se dio en todas las regiones españolas durante la Segunda República, la Guerra Civil y la postguerra.

La prueba es que incluso CiU se ha quejado de que el tripartito (llevando en esto la voz cantante ERC) haya preparado los actos de homenaje a Companys invitando antes al Gobierno de España que a los partidos catalanes.

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