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ALERTA NACIONAL

El presidente del Parlamento catalán calienta la Diada y reivindica la autodeterminación

El presidente del Parlamento catalán calienta la Diada y reivindica la autodeterminación La primera Diada de Cataluña del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, cobró un cariz especialmente nacionalista, más aún que en los años de Jordi Pujol. La polémica política la centró el presidente del Parlamento, Ernest Benach, que abogó de nuevo por el derecho a la autodeterminación de Cataluña. Asimismo, durante la ofrenda floral los radicales que se concentran junto al monumento de Rafael Casanova abuchearon al grito de «botifler» al séquito del gobierno y al propio Pasqual Maragall. Poco más tarde miles de personas cerraron el acto de la Ciutadella con proclamas de independencia.

Tate Santaeulària

Barcelona- Cataluña vivió ayer una de las Diadas más nacionalistas de sus últimos años. Una constante que se repitió a lo largo de la jornada tanto entre los ciudadanos como entre la clase política catalana. Los dirigentes de todas las formaciones políticas se dieron cita, como ya es habitual, en la recepción institucional que ofrece el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, en la misma Cámara catalana. Y recayó en él, precisamente, una de las principales polémicas de la jornada. El encargado de abrir fuego fue el líder de PP catalán, Josep Piqué, al afirmar que «parece que le tendríamos que dar un toque de atención a Benach, por defender el derecho de autodeterminación de Cataluña en un acto público». «El presidente del Parlament, en actos institucionales, no ha de dejar de ser nunca el presidente del Parlament. No es la primera vez que sucede esto y me gustaría que no se volviera a repetir», subrayó. Piqué se refería a la conferencia que el presidente del Parlament pronunció el jueves en Granollers donde afirmó que el derecho a la autodeterminación ha sido «hasta ahora rechazado como si se tratara de un mal terrible, por un Estado que, curiosamente, hace años que garantiza el derecho al divorcio».

Ante ello, la reacción del presidente del Parlamento no se hizo esperar. Benach recordó a Piqué que la resolución aprobada en 1989 para no renunciar al derecho de autodeterminación fue aprobada luego «en dos ocasiones por el pleno del Parlament», así como que todos los partidos menos el PP «llevaban en 1977 este derecho en su programa». Entretanto, y al margen de la polémica, el presidente, Pasqual Maragall, paseaba por el pasillo de los pasos perdidos de la Cámara saludando a los asistentes a la recepción institucional, sin que pareciera que los abucheos le hubiesen afectado.

Y es que horas antes Maragall, fue abucheado y silbado por los radicales que rodean anualmente el monumento de Rafael de Casanovas. Maragall fue recibido a gritos de «español» y «botifler» como ocurre cada año. Aunque en esta ocasión, todo cobraba más importancia al tratarse del primer presidente catalán que era abucheado a gritos de «español» y «botifler» ante la insigne estatua. Los consellers del Ejecutivo tripartito, formado por PSC, ERC e ICV, aguantaron estoicamente los pitos al igual que lo hicieron la delegación de representantes de la Diputación de Barcelona o los representantes del Ayuntamiento –institución que convoca el acto–.
El PP que no asistió a la tradicional ofrenda floral también fue silbado y abucheado a su entrada en el Parlament justo después de concluir el nuevo acto de la Diada celebrado en el Parc de la Ciutadella. Un acto de nuevo formato que reunió a miles de ciudadanos y concluyó con proclamas de «independencia». Horas más tarde las calles de Barcelona se llenaron de manifestaciones, principalmente por las convocadas por la JNC y ERC. Aunque también apareció una en favor de los reclusos catalanes que avanzaban por Vía Layetana al grito de «viva Terra Lliure».

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