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ALERTA NACIONAL

La pista marroquí podría afianzarse sobre quién azuzó el 11-M

La pista marroquí podría afianzarse sobre quién azuzó el 11-M SEIS MESES DESPUÉS

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El libro del subdirector de "El Mundo", Casimiro García-Abadillo, que aparece hoy en las librerías españolas, apunta hipótesis razonables sobre los verdaderos inductores de los atentados.

14 de septiembre. ¿Hubo una mano negra detrás de los atentados del 11-M? Cuando se han cumplido seis meses del suceso que segó la vida de 192 personas y dejó infinitas heridas –físicas y morales–, la pregunta aún está sin resolver. Durante medio año, se han apuntado diversas hipótesis: desde la autoría etarra, en los primeros días, a la de Al Qaeda, pasando por la de extremistas islámicos sin conexión aparente con la red del terrorista saudí. Todo ello sin mencionar los rumores que abarcan a los servicios secretos franceses, un presunto coronel iraquí salido de su país y enviado por Sadam Hussein a modo de venganza por el apoyo del gobierno Aznar a la intervención angloestadounidense… e incluso una maniobra de sectores "disidentes" de la inteligencia española.

Por supuesto, no pocas de estas versiones obedecen a simples rumores propagados con la ayuda de la Red. El fenómeno no es nuevo respecto a la rumorología. Pero ahora cuenta con el inestable apoyo de ese novedoso espacio de comunicación, que contribuye a difundirlos de manera rápida y anónima.

Quizá el desarrollo de la investigación de los atentados produzca, hasta cierto punto, estas consecuencias. Las revelaciones de la encuesta emprendida por el juez Juan del Olmo responden más a una "guerra de filtraciones" que a la voluntad de dar a conocer respuestas que aún pueden ser prematuras. Al fin y al cabo, tres años después del 11-S, y con una Comisión de investigación que no tiene ni punto de comparación con la española, aún existen puntos oscuros en los hechos que aquél día se saldaron con la destrucción de las Torres Gemelas y el ataque al Pentágono.

El esperado libro de García-Abadillo

Desde que tuvieron lugar los atentados del 11-M han aparecido en las librerías diversas obras de desigual calidad sobre los sucesos de aquél día y siguientes. Pero hoy debe encontrarse en los anaqueles el texto escrito por el subdirector de El Mundo, Casimiro García-Abadillo, titulado 11-M. La Venganza. El libro, que en principio podría incluirse en la nómina de los publicados sobre los atentados, se ha beneficiado de un adelanto en extractos publicados en el diario de Pedro J. Ramírez, presentando unas buenas expectativas sobre el mismo.

Y es que el autor ha entrado de lleno en uno de los aspectos que menos luz han recibido en la investigación del 11-M: los verdaderos inspiradores de la masacre, más allá de los simples "curritos" que desarrollaron el operativo y llevaron a cabo los atentados.

En principio, la detención de Rabei Osman El Sabed, "El Egipcio", en Italia, sirvió para adjudicarle a este antiguo militante de la Yihad Islámica egipcia, ligado a movimientos islamistas radicales, la planificación de la matanza. Fue el propio Rabei Osman quien aseguró haber dado la orden e inspirado estos actos de violencia. Esta hipótesis, asumida en un principio, comenzó a ser descartada por medios policiales, para quienes "El Egipcio" podía ser un elemento más en la estructura autora del 11-M, pero, quizá, no el superior. Por el momento, se investiga el posible papel de Rabei Osman como vínculo entre los terroristas del 11-M y la célula desarticulada en Bélgica. Esta intentaba llevar a cabo un atentado de gran calado, presumiblemente contra la sede de la Alianza Atlántica en la capital belga, Bruselas.

La hipótesis marroquí, en escena

Por su parte, García-Abadillo no ha dejado de señalar en los extractos publicados de su libro otra hipótesis: la manipulación de la célula del 11-M por parte de elementos radicales de los servicios secretos marroquíes para responder al gobierno Aznar por la acción de Perejil. Después de que se haya conocido la advertencia realizada por Mohamed VI a Josep Piqué sobre los riesgos del terrorismo islamista, unido a la nacionalidad marroquí de la mayor parte de los autores de los atentados, esta pista cobra gran importancia para la investigación.

Además, la nueva sintonía que Rabat tiene con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y las promesas de cooperaciones para la resolución del 11-M no se han visto correspondidas. El ejemplo más claro se vio el pasado mes de abril, con el Ejecutivo Aznar en funciones, a punto de la toma de posesión de Rodríguez Zapatero y sus ministros. Después de que el 26 de abril se emitiese una orden de busca y captura contra Mustafa Chukri e Hicham Ahmidan, se conoció que al menos el pariente de Jamal Ahmidan, "El Chino", uno de los "cerebros" de la matanza, se encontraba detenido por las autoridades marroquíes desde el 2 de abril, sin haberse comunicado dicha situación a Madrid. En total, Rabat tardó cinco semanas en hacer pública esta detención, y sólo después de que las organizaciones de derechos humanos hicieran público el arresto e internamiento.

Otro tanto sucedió con Mustafa Chukri y los planos que le fueron incautados en su detención, correspondientes a zonas referentes a los atentados. Los servicios secretos alauitas intentaron camuflar dicha información, negándola, pero sobre este extremo no hay nada claro. Tan sólo que la semana pasada Chukri fue condenado a quince años de cárcel por colaboración con banda terrorista y tráfico de drogas. Para el pariente de Ahmidan, Hicham, el juicio se saldó con ochos años de prisión y una multa de 10.000 dirham por tráfico de estupefacientes.

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